Recetas fáciles y cómo cocinar la col CHINA
-El profesor Christian Drosten, virólogo de Berlín, y otros 26 destacados científicos internacionales rechazan la teoría de la conspiración de que el nuevo coronavirus no se produce de forma natural, en un artículo publicado en la revista médica The Lancet.
No sólo China, sino casi todos los Estados miembros apoyan la labor del Director General, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. La afirmación de que el jefe de la OMS es “dependiente de China” y que fue elegido con el apoyo de este país es infundada.
-El revuelo mediático sobre la supuesta “mala calidad” de los equipos médicos chinos suele tener su origen en la diferencia de normas de producción entre China y Europa, así como en el incumplimiento de las instrucciones de uso. Dos ejemplos destacados:
¿Cómo podemos luchar contra el bombo del coronavirus?
En otros lugares de la red, sobre todo en chino, el vídeo ha obtenido cientos de miles de visitas y ha provocado comentarios de odio. “No es de extrañar que tengan el coronavirus. Comen de todo menos piedra y madera”, comentó un usuario.
En las redes sociales, muchos pensaron que los chinos estaban acostumbrados a comer carne de murciélago, un animal con fama de ser portador de muchas enfermedades y virus. En algunos informes de los medios de comunicación, los murciélagos han sido descritos como “apreciados por algunos consumidores por su carne” en China.
William Chan Tat Chuen, especialista en rituales y culturas alimentarias chinas y autor de “Canard laqué, canard au sang: dialogue culturel entre les cuisines chinoise et française”, publicado por Epure, está de acuerdo con ellos, pero señala que existe un raro uso medicinal de los murciélagos:
¿Sopa de murciélagos?
Este es el caso de las vacunas contra la neumonía, como la vacuna neumocócica y la vacuna contra el Haemophilus influenza tipo B (Hib). Actualmente no dispone de una vacuna específica para el nuevo coronavirus.
Para apoyar sus afirmaciones, el internauta se basa en un documento que no es otro que una patente europea que data de 2004. Este documento da fe del descubrimiento de un coronavirus anterior (el Sars-coV-1, responsable de la enfermedad del SRAS), así como de la aplicación de una estrategia de vacunación. En la descripción de la patente, los investigadores del Instituto Pasteur se describen como “inventores”, pero en derecho esto significa que descubrieron el virus, pero no lo crearon.